Tip:
Highlight text to annotate it
X
Andy Freire. Cinco por ciento.
Vengo a invitarlos a reflexionar sobre el cinco por ciento de nuestras vidas,
y en particular el 5% del tiempo que cada uno de nosotros dedicamos a nuestra vida,
y el 5% del dinero que cada uno de nosotros tenemos.
Tanto el que tenemos en el banco, como el que ganamos mensualmente
hoy y en el futuro.
Y les quiero contar un poco de mi vida personal.
Yo crecí en una típica familia de clase media profesional.
Mi madre, acá la ven, profesora de inglés,
mi padre médico traumatólogo, especialista en amputados,
se dedicaba a rehabilitar amputados. Se dedica todavía a eso.
Y me pasó algo muy raro durante mi crecimiento, cuando era muy chico, tenía 9 o 10 años,
que es que por un lado veía a mi madre y a mi padre trabajar
como todo profesional para ganar plata, para poder pagar las cuentas,
pero después los veía dedicar mucho tiempo en ayudar a otros gratis.
A mi madre yo la veía que se quedaba hasta muy tarde haciendo traducciones de inglés
para fundaciones que necesitaban voluntarios que pudieran traducir textos.
La veía a mi mamá que se quedaba hasta muy tarde.
Y a mi papá también, me contaba a veces que volvía de operar a presos.
Me contaba: "Bueno, fui, estuve operando a un preso, haciendo una amputación..."
Y yo le decía: "¿Pero no te da miedo?" Me acuerdo que en ese momento el SIDA comenzaba a emerger.
Y yo le decía: "¿No te da miedo estar haciendo esto?"
Y él me decía: "Sí, pero, no sé, lo hago."
Y la verdad que crecí en ese entorno familiar
donde, yo no entendía muy bien por qué,
pero veía a mis padres por un lado ganando plata para vivir,
por otro lado dedicándose a ayudar a los demás.
Y esto en realidad lo entendí recién cuando cumplí más o menos 20 años.
Cuando cumplí 20 años decidí dedicar el 5% de un año,
que son más o menos dos semanas,
a tener una vacación distinta.
En vez de irme de vacaciones a donde normalmente me iba,
decidí irme al sur, a la Patagonia, a una escuela rancho.
Una escuela rancho es un lugar donde los chicos viven.
Ésta es una escuela rancho que se llama Cañador Chileno, cerca de la frontera con Chile.
Los chicos viven adentro de la escuela.
Y básicamente viven en la escuela porque sus familias viven a suficiente distancia,
en general 5 o 10 kilómetros,
y como no tienen ningún medio de transporte más que ir a pié,
los chicos viven ahí.
Y fue una experiencia que realmente me voló la cabeza.
Fue una experiencia que me cambió la vida.
Porque trabajábamos el tema de violencia familiar,
porque muchos de estos chicos, cuando vuelven a sus casas,
por ahí experimentan familias con gente alcohólica.
O sea, muy duro.
Y también trabajando la importancia con estos chicos
de seguir la escuela secundaria.
Que la mejor manera de progresar es seguir la escuela secundaria,
entonces ponemos muchísimo foco en ayudar a los chicos a entender
la importancia de estudiar.
Y ahí entendí un poco lo que pasaba con mis padres,
esto de cómo uno se siente ayudando a los demás,
cómo uno puede llenarse el corazón trabajando para ayudar a los demás.
Una vacación que surgió de una manera casi desordenada,
pero terminó siendo muy importante en mi vida.
Y lo que surgió y derivó un poco en esta charla que quiero compartir con ustedes.
Ahora sin embargo, lo que me pasó después
es que como, no sé si por presión de la sociedad,
uno se vuelve inconsciente, entonces bueno estudié, me gradué,
dije: "No, yo lo que tengo que hacer es ganar mucha plata, dedicarme a ganar plata rápido,
porque ese es el secreto de la felicidad, y si lo que lo que yo quiero es tomar margaritas
tirado en una hamaca paraguaya lo que tengo que hacer es ganar mucha plata muy rápido."
Entonces, por ahí muy inconsciente, dije: "Lo que tengo que hacer es armar una empresa.
Y armar una empresa rápido, y crecerla y venderla."
Y así armamos Office Net. Acá ven a estos cancheros,
con postura así medio "cheronca".
Somos Santiago y yo, que fundamos Office Net cuando yo tenía 24,
Santi 25,
y la creamos con esa idea de: hagámosla crecer rápido y un día la vedemos,
así ganamos plata. Y yo decía: "Y, bueno así voy a ser feliz,
y voy a lograr realmente plenitud." Me había olvidado de todo el sur, me había olvidado de todo.
Y toda esta ilusión se derrumbó el día que...
Un día Staples, que es la compañía líder en el mundo de este rubro
nos compró la compañía.
Toda esa ilusión se derrumbó cuando me di cuenta de que en realidad
era el mismo "gilún" que el día anterior,
que por ahí había ganado un poco más de plata, pero que
la felicidad pasaba por otro lado.
Y llenarse el corazón pasaba por otro lado.
Así que ahí volví a acordarme de ese viaje,
y dije: "tiene que haber algo más en la vida que simplemente ganar plata,
tiene que haber algo que a uno le llene el corazón,
y quiero descubrir qué es,
qué es eso."
Y empecé a estudiar este tema,
empecé a investigarlo, y me empecé a reunir con profesores que habían estudiado
e investigado este tema.
Y conocí a Mike Norton, que hizo un trabajo de investigación muy interesante,
que básicamente, lo que hizo fue esto:
agarró a un grupo de gente,
y les dio u$s 50 para gastar en sí mismos.
Y agarró a otro grupo de gente y les dio u$s 50 para gastar en otros.
Y después lo que hizo fue medir la tasa de cambio en la felicidad
que le causaba a un grupo gastar esa plata en sí mismo,
y a otro grupo gastar la plata en otros.
Lo que descubrió es que los que gastaban la plata en sí mismos
no cambiaban su nivel de felicidad,
los que gastaban la plata en otros mejoraban su nivel de felicidad
impresionantemente.
Y uno dice: "Bueno, obviamente u$s 50, esto de hizo en Vancouver,
tampoco es que es tan importante u$s 50.
Ayudaste a otro, te sentiste bien.
Pero se hizo la misma experiencia en Uganda,
con 10.000 shillings ugandeses, que son 4 dólares.
Uno se imaginará en Uganda, bueno, esto no va a funcionar.
Pasó exactamente lo mismo:
los que usaban el dinero para ayudar a otros, se sentían mucho más felices
que los que lo habían usado para sí mismos.
Y esto me pareció increíble como concepto.
Básicamente dar a los demás te da más felicidad que darte a vos mismo.
Después empecé... me agarró como una obsesión cuando descubrí esto,
empecé a leer papers, a estudiar materiales,
y empecé a encontrar información increíble.
Algunas que les quiero compartir, por ejemplo.
Se descubrió que el mapeo mental de pensar en dar a los demás,
cómo tu cerebro... si uno le saca una foto al cerebro,
el mapeo mental de dar a los demás,
básicamente es el mismo cuando pensás en dar, aunque no lo hayas hecho,
pensar en dar, que tener sexo, o que comer.
Con esto les digo a los que tengan problemas en algunas de esas dos dimensiones,
tal vez pensar en dar puede ser un sustituto útil.
Pero se hicieron más análisis, agarraron a 432 matrimonios de ancianos,
y se agarró a un grupo de gente y se le pidió que se dedicara a ayudar a otros matrimonios de ancianos.
Y a la otra mitad de la gente no se le pidió nada y se les dijo que siguieran con sus vidas de ancianos.
Después de 5 años la probabilidad de que siguieran vivos ese matrimonio de ancianos
se había duplicado en aquellos que habían ayudado a otros
a mejorar algún aspecto de su vida.
Después se hicieron más análisis,
y se midió que el impacto cardiovascular de ayudar a otros
era impresionante y estadísticamente comprobable,
si vos ayudabas a los demás tenía un impacto en tu dimensión cardiovascular
por el solo hecho de estar ayudando a los demás,
tienen un efecto en tu cuerpo que es extremadamente positivo.
Uno con todo esto dice: es increíble que podamos tener tanto impacto.
Ahora, la pregunta que yo me hice,
si esto es todo tan obvio, por qué no somos todos esta señora, la Madre Teresa de Calcuta.
¿Por qué no todos nos convertimos en personas que vivimos dando a los demás
y dedicamos todo nuestro tiempo en ayudar a los demás?
Y esta pregunta es una que todavía no pude responder.
Tengo algunas hipótesis,
pero todavía no tengo la respuesta.
Una hipótesis que me surge es que es anti-intuitivo
pensar que uno llena su corazón dándole a los demás más que dándose a sí mismo.
Bueno sueno por ahí intuitivo para el que ya tiene mucha plata,
o el que tiene mucho tiempo libre, pero no para cualquier persona o ser humano común
como nosotros que dice: "bueno, por qué voy a dar a los demás."
No suena lógico.
Hay un par de trabajos interesantes que se están haciendo del mapeo del ADN,
donde se está empezando a demostrar que el altruísmo puede ser mapeado en el ADN,
que gente más altruísta, que tiene más propensión a ayudar a los demás,
bueno, uno puede medirlo, y a así darse cuenta si tiene más propensión a ser altruísta.
Pero, de todas maneras sigo sin encontrar la respuesta.
Y creo que, por ahí la única respuesta relevante es que como Madre Teresa de Calcuta
hubo muy pocas, y gente con realmente esa vocación y esa generosidad hubo muy pocas.
Tal vez, uno siente que, bueno, como no soy la Madre Teresa de Calcuta,
la verdad que dedicar el 100% de mi tiempo en ayudar a los demás
no es tan relevante.
Y lo quiero hacer es invitarlos a pensar
no en dedicar 100% de nuestra vida en ayudar a los demás,
sino en pensar que con el 5% de nuestra vida podemos cambiarle el 100% de la vida a otro persona.
Esa es la invitación que les quiero hacer.
Qué es el 5% del mundo, qué se puede hacer, qué podríamos hacer
si el 5% de la gente comprara esta idea y dijera:
"Dale, hagamos algo por los demás."
Hablemos de la crisis poblacional:
hay 100 millones de personas sin hogar en el mundo.
Si 10 millones de personas, que es menos del 0,1% del mundo,
de países desarrollados, dedicaran el 5% de su tiempo,
el 5% de su dinero, a trabajar el tema poblacional,
a construir casas, a ir, construir casas en escala,
eso básicamente serían 4.520 millones de horas,
en un año.
Y eso solucionaría todo el problema habitacional del mundo.
100 millones de personas que hoy viven sin vivienda
tendrían vivienda.
No estoy hablando de todo el mundo a dedicarle el 5%,
estoy hablando de 10 millones de personas dedicando el 5% de su tiempo.
Pero volvamos a la Argentina.
Qué podríamos hacer en la Argentina con el 5%.
Si el 5% de la población de Argentina, básicamente
la población de Argentina que tiene capacidad de enseñar,
que son básicamente 30 millones de personas,
con capacidad de enseñarles a otros temas que tienen que ver con
aprender a leer, dedicaran 30 minutos por día,
si el 5% de la gente, que es básicamente la provincia de Tucumán,
1 millón y medio de personas,
dedicaran 30 minutos por día a ayudar a los demás,
eso serían 452 horas por año por persona.
Hay 650 mil analfabetos en el país,
en uno o dos años se acaba el analfabetismo en Argentina.
El 5% de la gente dedicando 30 minutos por día.
Y la verdad es que hay, bueno, hay muchas cosas que se puedan hacer,
y la invitación es individual, por supuesto no los voy a convencer a todos ustedes colectivamente,
pero la invitación es individual.
Que es: ¿qué pueden hacer ustedes con su 5%?
¿Cuánto es 5% del tiempo?
Ahí todos estamos iguales:
es 1,2 horas por día, son 2 días hábiles por mes,
digamos entre 1 y 2 días hábiles por mes,
es básicamente 452 horas al año,
son dos semanas al año.
Qué pueden hacer con el 5%. Y esa es la invitación
que quiero hacerles.
Hay muchos que ya lo están haciendo,
y quiero contarles algunos ejemplos muy cercanos
para ver cómo ese 5% puede hacer la diferencia.
Guillermo Gómez es esta persona que ven acá,
es una persona que vivía en la calle,
es un perito mercantil que vivía en la calle,
y como muchos de nosotros,
pasamos de largo cuando vemos a alguien en la calle y no sabemos nada.
Un grupo de chicos que pasaron, vieron a Guillermo Gómez y se sentaron a charlar con él.
Dijeron: "Guillermo, ¿quién sos, qué hacés, por qué vivís en la calle?
Y descubrieron que era perito mercantil,
que había vivido con su familia hasta que perdió su trabajo,
se fue a la calle y perdió contacto con su familia.
Lo que estos chicos hicieron fue, lo grabaron a Guillermo, este es el video,
es una foto del video de Guillermo hablando.
Le armaron su currículum y lo pusieron online.
Guillermo consiguió trabajo, Guillermo se reencontró con su familia.
¿Por qué? porque alguien dedicó 5% de su tiempo o menos,
a, en vez de pasar y seguir de largo, a preocuparse por alguien.
Esto es la experiencia de "Un techo para mi país",
por ahí alguno de ustedes la hicieron, yo la hice.
Es increíble, en dos días podés construirle una casa, en este caso, a María.
Nos juntamos un grupo de amigos, cuesta 9 mil pesos construir una casa.
Se pueden juntar 9 familias amigas,
poner mil pesos cada uno,
o juntarse entre más,
e ir un fin de semana, son dos días, es el 5% de un mes,
para construirle la casa a alguien.
Donde la gran diferencia, yo fui y me imaginaba una casa con living,
con baño, no, es un cuadrado de madera con la única diferencia de que está elevado
a esta altura del piso, lo cual hace una enorme diferencia desde el punto de vista de las infecciones,
de la inundación porque el piso está elevado.
Vik Muniz es un artista brasileño
que decidió dedicar su 5% a trabajar en el basural más grande del mundo,
que se llama Jardim Gramacho, en Río de Janeiro.
Él lo que hizo fue, es un artista, empezó a agarrar basura,
ahí ven los basurales,
y empezó a hacer obras de arte con basura, y fotos aéreas.
La que ven ahí a la derecha es una foto aérea de un basural.
Lo que hizo fue empezar a vender las fotos y usar esa plata para trabajar la gente del basural.
Hoy las fotos valen más de 500 mil dólares, cada foto.
Se convirtió en algo cool en el mundo comprarle una foto
a Vik Muniz, y es un ejemplo de cómo el 5% le puede cambiar la vida a otro.
Y sin irnos del mundo romántico y bajando al mundo más terrenal,
la Organización Pro Bono es el Colegio Público de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires
que decidieron dedicar el 5% de su tiempo
en trabajo ad honorem para ayudar a la fundaciones y ONGs
que quieran trabajar para constituirse como tales,
para poder comenzar sus actividades.
El 5% del tiempo, no tiene que ser salvar a las ballenas,
o levantar a alguien de la calle,
puede ser el 5% de tu profesión para ayudar a otros.
La Red Solidaria te invita, en lo que es la campaña Frío,
a dedicar un día por semana, pero si se juntan dos personas
pueden terminar haciendo un día cada dos semanas,
que es el 5% del tiempo, para salir a hacer las recorridas nocturnas.
Para ayudar a levantar a la gente de la calle en los momentos de frío.
5% de tu tiempo que le puede cambiar la vida a alguien.
Hice un ejercicio con mis hijos,
estos son mis hijos.
Hice un ejercicio con mis hijos hace dos años, que fue,
yo les doy como una semanalidad a los más grandes, no a la más chica
porque si no se empacharía con caramelos,
pero les di a cada uno en su semanalidad, que les daba para comprar cosas del colegio,
para comprar en el kiosco, etcétera.
Les dije: 5% de lo que les doy lo tenemos que poner en una alcancía,
eso es $1,50 por semana.
Entonces cada semana, ustedes vienen, me muestran el $1,50, lo metemos en una alcancía, y lo guardamos.
Y vamos a ir juntándolo y después vamos a ver qué hacemos.
Y así fue pasando el tiempo, pasó más de un año,
y llegamos a juntar $156,50 en esa alcancía que ven ahí.
Y básicamente les dije: "Bueno, ¿qué hacemos con esta plata?
Hagamos algo por los demás.
Este 5% de la plata que ustedes ganaron en este año y medio."
Y lo primero que se me ocurrió, yo equivocadamente les propuse una idea,
les dije: "¡Hagamos algo!" -hay un sitio que se llama Kiva,
es un sitio de una ONG: kiva.org,
donde vos podés prestar la plata a alguien-.
Entonces les dije: "hagamos una cosa, prestémosle la plata
a alguien que la necesite para poder construir su proyecto."
Y le prestamos la plata a una chica que se llama Tina,
en Zambia.
Es una experiencia muy grande, esta es Tina, que vive en Zambia,
que montó una compañía de transporte de dinero.
Ven, ahí dice "Send money here", vos vas,
das tu plata, y ellos la transfieren.
Ella vive en Chongwe, que es un pueblito,
y vos vas, depositás tu plata, y te la transfieren a otro lugar dentro de Zambia.
Le prestamos la plata,
y nos la devolvió.
Un día nos llegó "Tina te ha devuelto el dinero,
gracias por el préstamo."
Y la verdad es que me senté con mis hijos y dije:
esto no les cambió la vida.
La verdad, Tina, vive en Zambia, no saben ni quién es Tina, no la vieron a Tina,
la verdad es que esto no hace una diferencia.
Entonces lo que les dije fue, hagamos otra cosa.
Ahora que nos devolvieron la plata,
agarrémosla y veamos qué podemos hacer por alguien que realmente la necesita,
cerca de donde vivimos.
Y nos sentamos a hacer una lista.
Y armamos una lista, que la ven acá, donde empezamos a tirar ideas.
Entonces lo primero fue, obviamente, los dos hijos más grandes propusieron"
"Llevémoslo a la cancha de River:
buscamos una persona, la llevamos a la cancha de River,
nos alcanza para una entrada."
Otros dijeron: "vamos a los jueguitos."
Mateo dijo: "no, esa idea no me gusta."
"Démosle la plata."
"Comprémosle comida, démosle comida."
"Le podemos comprar ropa."
Empezamos a pensar en eso.
Estuvimos discutiendo mucho en familia, qué podíamos hacer con esa plata.
Y ¿sabén qué hicimos?
Bueno, la verdad, que importa bastante poco lo que hicimos,
o qué es lo que mis hijos van a hacer con esa plata
porque esta charla tiene que ver con el 5% del tiempo de ustedes,
no con el 5% del tiempo de ellos.
Con lo cual, lo que quiero hacer es invitarlos a ver cómo después de esta charla
el 5% de su tiempo puede cambiarle la vida a alguien.
Sé que todos tienen un cuadernito y una birome,
es así, ¿todos tienen?
Entonces les quiero pedir que lo agarren.
Que agarren el cuaderno y agarren la birome,
y para terminar esta charla lo que quiero hacer
es invitarlos a que ustedes piensen qué quieren hacer con su 5%.
5% de su tiempo o 5% de su plata.
Y lo que quiero es invitarlos a que piensen, los que ya dedican tiempo,
cómo pueden dedicar 5% más, o cómo pueden invitar a otro a dedicar el 5%,
y los que no lo están haciendo, a consciencia
que piensen qué podrían hacer que no iban a hacer antes de hoy,
que le va a cambiar la vida a alguien,
o que le va a ayudar a alguien a vivir mejor.
Y esa es la invitación, así que les voy a poner el contador.
Este es el 5% del tiempo de mi charla.
Para que en silencio piensen y se anoten qué van a hacer.
Bueno, con que el 5% de ustedes hagan lo que pusieron ahí que van a hacer,
vamos a estar todos mucho mejor.
Muchísimas gracias.
(Aplausos)